No se quien lo ha escrito, pero me gusto y lo comparto ahora y no lo dejo para después porque… El *Después* te llamo. *Después* lo hago. *Después* lo digo. *Después* yo cambio., Dejamos todo para *Después*, como si el *Después* fuese lo mejor.
Por qué no entendemos que… *Después* el café se enfría, *Después* la prioridad cambia, *Después* el encanto se pierde, *Después* temprano se convierte en tarde, *Después* la añoranza pasa, *Después* las cosas cambian, *Después* los hijos crecen, *Después* la gente envejece, *Después* el día es noche, *Después* la vida se acaba.
No dejes nada para *Después*, porque en la espera del *Después*, tu puedes perder los mejores momentos, las mejores experiencias, los mejores amigos, los mayores amores y todas las bendiciones que Dios tiene para ti.
Acuérdate que el *Después* puede ser tarde. El día es hoy. <Santiago 4:16,17 (TLA) Sin embargo, a ustedes les gusta hablar con orgullo, como si fueran dueños del futuro, y eso es muy malo. Si ustedes saben hacer lo bueno y no lo hacen, ya están pecando.>
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